lunes, 10 de septiembre de 2012

Perdidos por el mundo Warner

Si te gusta el cine y la televisión, una visita a los estudios de la Warner es imprescindible en tu viaje a Los Angeles.


No voy a volver a repetir lo emocionados que estábamos con ir a estos estudios, porque, que quede entre nosotros, nos emocionábamos con cada paso que dábamos: ir a comprar al supermercado, entrar en nuestro hotel, ver americanos por la calle, que alguno nos saludara,... Sí, sí, muy fuerte lo nuestro...

Para hacer el Vip Studio Tour de Warner Bros, tuvimos que reservarlo desde aquí, a través de su página web. Hay muchos horarios, y lo bueno es que tienen dos tours al día en español, en concreto a las 12:15 y a las 15:15 y dura unas dos horas y media. Nosotros lo hicimos a las 12:15, porque queríamos aprovechar la tarde haciendo otras actividades típicas americanas (coming soon in your favourite blog). Cuesta $49, unos 40€ en estos momentos, más la propina que le quieras dejar al guía al final del tour.

Fue un poco lioso llegar, la verdad. Al principio nos perdimos, nos metimos por parkings que no eran y tuvimos que preguntar varias veces las indicaciones para llegar, porque estábamos ahí, viendo anuncios de películas y estatuas de la Warner por todos lados, pero no sabíamos el camino.


El problema es que por esa zona todos los nombres empiezan con Warner Bros. Hay varios carteles que incluso pone que son entrada para visitantes, pero no son la entrada al tour. Total, perdidos por el mundo Warner.


Los marcadores azules del mapa son posibles entradas que pueden parecer la del tour, pero no lo son. Hay que llegar hasta donde está en marcador amarillo, esa es la entrada correcta y tenemos que aparcar donde pone Warner Bros. Studio Tour, el marcador verde indica la entrada al parking, que cuesta $7, unos 5,5€.

Al entrar hay una pequeña tienda de souvenirs, la cual al final del tour abordaríamos, y un mostrador para "canjear" tu reserva. Y ahí te indican el número de una puerta a la que te tienes que dirigir. Al entrar ves que es como una pequeña sala de cine, donde proyectan un vídeo introductorio sobre la historia de la Warner, o sobre las películas, o... la verdad, es que no lo recuerdo. Aquí va una pequeña confesión: no me enteré de casi nada porque el jetlag me tenía un poco trastocada y llevaba toda la mañana mareada, así que en la sala de cine estaba más que nada intentando recuperar el sentido para poder disfrutar a tope del tour que tanto estaba esperando y ¿sabéis qué? ¡Lo conseguí!


Al terminar el vídeo, cada guía llamaba a los suyos. Los del nuestro, a partir de ahora Bob, éramos Edu y yo. ¡Sí! Íbamos a tener un tour privado :) Nos subimos en el carrito, que se parecía a los de golf pero para más personas y nos adentramos en los estudios.

Básicamente, nos llevaba por fuera de los distintos stages donde se graban los interiores de las series y películas y nos iba explicando qué se rodó en cada uno. También entramos en uno de ellos y pudimos ver el set de rodaje de The Big Bang Theory. Yo no la he visto nunca, pero Edu sí y reconocía cada rincón. Lo vimos desde las gradas donde se sienta normalmente el público, ya que esa serie se graba en directo con público para que las risas sean reales.

También nos hizo un recorrido por donde se graban los exteriores y nos iba contando las diferentes escenas que se rodaban en cada sitio. Los estudios son como una mini ciudad, con oficinas, cafeterías, donde cada fachada puede servir como escenario en un momento dado. Hay un bosque, calles residenciales, calles ambientadas en Nueva York, un lago,... El tour es muy recomendable porque vas reconociendo las casas o lugares y te sientes parte de una película.


Esto no iba a contarlo, para que, si vais, tengáis algo que os sorprenda. Pero la verdad es que yo lo sabía de antemano y es lo que me hizo decidirme por ir a estos estudios. Tienen como una reliquia (y lo es) el decorado del Central Perk de la serie Friends. Te dejan entrar unos minutos para que te vuelvas loca sacando fotos. Y es alucinante, me encantó. Es mi serie favorita y realmente mereció la pena.


Bob era un guía estupendo, de verdad, se notaba que le encanta su trabajo y que es un apasionado del mundo del cine. Se sabía los diálogos y escenas de memoria y las iba recitando según pasábamos por cada escenario. Además, nos hizo representaciones de películas como La Máscara, Spiderman, o incluso se puso a hacer el baile de Michael Jackson en un anuncio y nos quedamos alucinados de lo metido en el papel que estaba.



Encima, en una de las casas nos hizo representar una escena de la película Million Dollar Baby, nos iba diciendo el guión y nosotros lo íbamos repitiendo, y mientras, él nos hacía fotos con nuestra cámara. Y cada vez que reconocíamos algún escenario de los que iba explicando, nos decía que hiciésemos la escena. Fue un gustazo tenerle para nosotros solos, nos sentimos muy cómodos con él.



Al final del tour, como dije, nos pasamos un buen rato en la tienda de regalos y en la cafetería que tenían allí. Casi siempre nos pasó eso, que no nos queríamos ir del sitio en el que estábamos, no queríamos que se fuese agotando nuestra existencia americana y eso que acabábamos de empezar...

¡Hasta la próxima!

Direcciones para el GPS:
Warner Bros. Studio Tour: S Avon Str cruce con Warner Blvd


miércoles, 29 de agosto de 2012

Universal Studios: para vivir el cine

Pese a las 30 horas de paliza del primer día, el domingo a las 4 de la mañana ya estábamos dando vueltas en la cama y a las 5 ya no había manera de seguir durmiendo, gracias a nuestro amigo Lag. Jet Lag. No hay que olvidar que hay una diferencia horaria de 9 horas entre Los Angeles y España/Alemania.

Así que nos pusimos en marcha y después de una vuelta por Los Angeles (que ya contaremos en otro post), fuimos al parque Universal Studios.

Consejo: el parking del Universal cuesta 15$ al día... pero es muy fácil evitarlo. Simplemente hay que dirigirse a la parada de metro Universal City Station (marcador amarillo), que dispone de un parking gratuito en la superficie. Ahí se puede dejar el coche sin problema y después se cruza el Lankershim Blvd para llegar al marcador verde. Ahí una especie de trenecito (enorme) de Universal te recoge cada cierto tiempo y te deja en la entrada del parque (marcador rojo).



El "trenecito". Me pregunto si hay que seguir llamándolos así cuando son enormes...
Hecho el truco del parking, llegamos al parque. Fuera del recinto está la Universal CityWalk, una zona de hoteles (caros), restaurantes (caros) y tiendas (caras) pero todo ya ambientado en el mundo cinematográfico. Es un buen sitio para hacer las primeras fotos antes de meterse de lleno en la diversión.


Entramos en el parque, y una de las cosas que primero hicimos fue ir al Studio Tour. En esta visita de más o menos una hora se da un paseo (en trenecito, eso sí) por los estudios propiamente dichos. Se puede hacer en inglés o en español, y desde luego recomiendo español por comodidad y para no perderse ningún detalle. Por cierto que esta visita está incluida en el precio de la entrada al parque.

Se atraviesan algunas de las impresionantes calles y plazas creadas exclusivamente para algún rodaje:


Una de las series famosas rodada en Universal es Mujeres desesperadas. Dimos un paseo por Wisteria Lane, durante el cual Jessi dejó de responder a estímulos externos. Nunca la he visto tan concentrada :) La verdad es que hasta a mí, que no he visto la serie, me impresionó porque habían recreado un típico barrio de viviendas unifamiliares americano a la perfección. Este es el vídeo que hice (perdón por el meneo, la culpa es del tren...).



Otras recreaciones que nos mostraron fueron un pueblo del oeste (aunque dos días después veríamos uno real...), la típica casa junto a un lago, de peli de terror, un pueblo mexicano y un muro verde enorme con una especie de piscina delante. De esta manera tan "simple" consiguen en un montón de películas que los protagonistas se den un baño en cualquier parte del mundo. Los trucos de siempre siguen vigentes.


En otra parte de la visita nos enseñaron los pabellones en los que se ruedan series o películas de interior. La pena es que no te dejan entrar en ninguno, pero para eso recomendamos la visita a los estudios Warner Bros.

Durante el trayecto realizan algunas exhibiciones de explosiones, llamaradas, inundaciones... de estas últimas vimos una muy curiosa. Nos llevaron a una reproducción de un pequeño pueblo, con una calle de tierra. Nos dijeron que nos preparásemos para una inundación y... [Atención, no veas el siguiente vídeo si prefieres no saber cómo acaba la historia...]



Lo increíble es cómo en 10 segundos se reconstruye el escenario y está listo para la siguiente visita (o la siguiente toma, según cómo se mire). Sobre el tema de crear una catástrofe y reconstruir rápidamente el escenario hay alguna sorpresa más... pero hasta aquí puedo leer...

Además de todos estos elementos sobre el rodaje de películas, hay un par de atracciones, sin bajarte del tren. La más alucinante es la de King Kong 360º, en 3D (aquí se usan las gafas que hay que recoger antes de empezar el recorrido). Está diseñada por el propio Peter Jackson y os prometo simplemente, para no desvelar nada, que os va a impresionar.

El tour aún nos dio alguna sorpresa más, pero como creo que ya me he extendido bastante, voy a acabar con otra de las paradas más interesantes: La guerra de los mundos.

Mientras ves imágenes de la película en las pantallas del tren, vas atravesando la zona de escombros que aparece en la película. A mí, que soy fan de los detalles, se me pasó demasiado rápido. Me quedé pasmado viendo con qué precisión habían recreado los daños en las casas, en los coches y en los miles de objetos que hay por el suelo. Una pasada.

Terminamos el tour y empezamos a recorrer las atracciones. No está de más, sobre todo si vas solo un día, echar un vistazo al mapa de antemano para hacer una pequeña selección. El parque se ve bien en un solo día, pero no queda demasiado tiempo para repetir o para ver todos los shows. A nosotros nos gustaron mucho las atracciones de La Momia, Parque Jurásico y sobre todo la de Los Simpson.

Un segundo antes de destruir la atracción

En Springfield, con nuestros amiguetes
Han sido muchos años viendo capítulos de Los Simpson una y otra vez (gran decisión de Antena 3 en su día de comprar los derechos). La atracción de Los Simpson es un regalo para los fans de la serie. Todos los detalles están cuidadísimos e incluso en la fila hay vídeos y sketches inéditos, así que hasta esperando estás disfrutando.

Si a eso le añades la zona de alrededor, ambientada con la tienda de cómics, el badulaque o el bar de Moe, el rato que estás por ahí te sientes parte de Springfield.


Después de la dosis de Simpsonmanía aún tuvimos tiempo para ver algunos shows, como el de efectos especiales y el de animales-actores y dimos por terminada la visita para llegar a ver el atardecer desde el Hollywood Sign.

¿Merece la pena los 80$ (unos 65€) que vale la entrada? Absolutamente. Es más, descubrimos que con la entrada nos regalaban otra para otro día, y buscamos un hueco en el planning para volver otra tarde (pero esto ocurriría muuuucho más adelante, así que no es momento de contar lo que desgraciadamente nos pasó en esa nueva visita... hala, ahí lo dejo...).



Edito: bueno, Jessi me ha convencido para que cuente aquí la segunda visita al Universal... yo acostumbrado a los finales de temporada de las series os pensaba dejar "enganchados" hasta la próxima, pero así dejamos el relato bien cerrado :) Como decía antes, decidimos aprovechar esa segunda entrada que nos dieron y acortar un poco la visita a San Diego.

Llegamos a las 5, y cerraban a las 7, así que teníamos tiempo de repetir las atracciones que más nos habían gustado y montar en alguna que no dio tiempo, como la de Waterworld. Cuando entregamos la entrada, el chico que había allí nos dijo algo como "más vale que os deis prisa"... ? ... Le preguntamos, y ese día cerraban a las 6 porque tenían que prepararse para el Memorial Day.

Mala suerte... ya estaban cerrando todo y solo nos dio tiempo de repetir la Simpsons Ride una vez más y completar un poco el álbum de fotos. Y para más inri nos enteramos de que al día siguiente inauguraban una nueva atracción... ¡Transformers!

En fin... la nota positiva es que tendremos que volver para ver lo que nos faltó. Qué lástima... :)


Direcciones para el GPS:
Parking gratuito Universal City Station: Campo de Cahuenga cruce con Lakershim Blvd
Entrada principal Universal Studios: 100 Universal Centre Drive, Universal City, CA

lunes, 20 de agosto de 2012

El corazón mexicano de Los Angeles

Aterrizamos en Los Angeles, fuimos a buscar el coche y a hacer el check-in en el hotel. Y, después de unas 25 horas en pie y con dos vuelos a nuestras espaldas, creedme, la tentación de quedarnos descansando era muuuuy grande, pero eran como las 4 de la tarde y no podíamos desaprovechar ese primer medio día de nuestro viaje. Afortunadamente, cogimos fuerzas (aunque tampoco hizo mucha falta porque estábamos e-mo-cio-na-dí-si-mos) y nos fuimos a dar una vuelta por los orígenes de la ciudad: Olvera Street.

Como no teníamos planeado pasar mucho tiempo por la zona, intentamos aparcar lo más cerca posible. El centro de Los Angeles está lleno de aparcamientos, y en muchos se puede ver el precio desde fuera, así que se puede ir comparando. Nosotros aparcamos en El Pueblo Parking, que está justo al lado de Olvera y nos costó $9 (7,50€). (Al final de la entrada dejaré la dirección para ponerla en el GPS.)

Olvera Street es la parte más antigua del centro de Los Angeles. Principalmente es un mercado mexicano muy curioso, lleno de todo tipo de artículos hechos a mano, desde sandalias hasta máscaras de luchadores mexicanos. Lo que más me gustó fue el colorido que tenía y la gente, que era muy cercana. Hay también restaurantes y puestecitos con comida típica de México.





Al final de la calle, hay una plaza donde hacen bailes al ritmo de música mexicana y, además, es el lugar donde se celebran todos los actos y fiestas. Nosotros tuvimos la suerte de encontrarnos con una actuación de unos bailarines vestidos con unos trajes de colores, que supongo que serán típicos. Nada tremendamente emocionante, pero sin duda, bastante curioso...



Frente a este espectáculo, había otra pequeña plaza con música de verbena y allí se habían reunido los más bailongos del pueblo dando rienda suelta a su ritmo latino. Nos quedamos un ratito mirando porque había alguno que realmente se lo estaba pasando bomba.


Esta visita fue un poco de relleno, la verdad, aunque normalmente recomiendan que pases por aquí si vienes a Los Angeles. Pero nosotros estábamos como en el aire y un poco desorientados, así que ni compramos ni comimos nada allí.

A la vuelta, pasamos por el Walt Disney Concert Hall. Es una sala de conciertos diseñada por Frank Gehry, el mismo que diseñó el Museo Guggenheim Bilbao, así que el estilo es bastante parecido. Si queréis visitarla, aquí tenéis un enlace directo al mapa.


Y muy cerca, una manzana antes, estaba la Catedral de Nuestra Señora de Los Angeles. Pasamos por la parte trasera y sabíamos que estaba ahí, lo indicaba el mapa, pero no veíamos indicios de algo ni siquiera parecido a una catedral. Cuando nos alejamos un poco en dirección al Concert Hall, vimos como una torre con una campana. Después, en los mapas hemos visto que la entrada principal estaba cruzando la esquina, un poco más abajo, así que no es de extrañar que a nosotros nos pareciese un edificio de oficinas. Es muy curiosa por lo diferente que es a lo que estamos acostumbrados. Resulta, según fuentes cercanas, aka Edu, es obra de Rafael Moneo, también conocido por diseñar el Ayuntamiento de Logroño (ahora entendemos tanto interés por el diseñador, no?), al que además, dieron el premio Príncipe de Asturias de las Artes hace poco.

Esta es la catedral desde los aires (sacada de Google Maps). Nosotros pasamos de largo por la N Grand Ave y nos perdimos la parte frontal :(

Después de este pequeño paseo, estábamos arrastrándonos por el suelo y no podíamos más. Así que nos fuimos a cenar y directamente al hotel. A las 8 de la tarde (tras exactamente 30 horazas sin dormir), ya estábamos con el antifaz puesto y soñando con Los Angelitos (juas ¡qué chispa!) hasta nuevo aviso...


Direcciones para el GPS:
El Pueblo Parking: 610 North Main Street, LA


viernes, 17 de agosto de 2012

Nuestro mejor amigo (de cuatro ruedas)

Como comenté en una entrada anterior, habíamos alquilado un coche con la empresa Dollar para los 16 días que estuvimos en Estados Unidos.

Después de aterrizar, decir "¡estamos en Los Angeles!", recoger las maletas, decir "¡¡que estamos en Los Angeles!!", salir del aeropuerto y... sí, eso, seguir repitiéndolo, nos fuimos a buscar el shuttle que nos tenía que llevar a la oficina de Dollar. Ya sabéis que la mayoría de compañías baratas no están en los aeropuertos,  para ahorrar costes. Fuimos siguiendo las señales de "rental car shuttle" (o algo similar), que nos llevaron a una de las salidas del aeropuerto.

Allí había una calle enorme llena de autobuses, cada uno de una compañía, yendo y viniendo. Entre todo ese follón vimos como el de Dollar se nos escapaba en las narices. Al menos nos sirvió para ver a qué altura de la calle paraba.

Aquí va un consejo para los que estáis preparando el viaje: no está muy bien señalizado dónde para cada autobús, por lo que lo mejor es ponerse por el principio de la calle, y al ver el de tu compañía ir siguiéndolo hasta donde pare. No van rápido y tiene que bajar mucha gente, así que no hay riesgo de perderlo. Si os quedáis por el final, puede que justo vuestra compañía pare por el principio y ni lo veáis.

Sigo con la historia :) En el rato que estuvimos esperando al autobús, y durante el propio trayecto, no hacíamos más que mirarnos y, sin decir nada, sonreír. Había muchas horas de preparación metidas en este viaje y por fin había empezado. Mucha emoción.

Yo aún estaba más alterado que Jessi, ya que, como sabéis los que me conocéis bien, me encanta conducir, y además hacerlo por Estados Unidos ha sido uno de mis sueños de siempre.

Llegamos a la oficina de alquiler. Quise hasta hacerme una foto en la entrada, como si fuese Eurodisney, pero no tenía la cámara a mano... Una vez dentro, me sorprendió el tamaño. La oficina era enorme y tenía 3 filas bien diferenciadas: una para reservas hechas por internet, otra para gente sin reserva y otra para devolución de vehículos.

 Nos pusimos en nuestra fila... y a esperar. Estuvimos cerca de 40 minutos. Una pequeña decepción, porque aunque no es tanto tiempo, el viaje ya había empezado y cada minuto contaba. Además, esos 40 minutos psicológicamente equivalían a las esperas de los niños a que los Reyes Magos pongan los regalos... ¡se me hizo eterno!

Por fin llegamos al mostrador. A mí me gusta llevar las cosas preparadas, así que antes de que el que nos atendía dijese buenos días, ya había puesto sobre la mesa el pasaporte, el carné de conducir internacional, los papeles de la reserva y una tarjeta de crédito. "Así da gusto" (pensé yo) :)

Nos hizo un resumen de la reserva y, como esperábamos (lo leímos en muchos foros), nos ofreció subir a un coche de una clase superior por un precio reducido. Era una oferta de las que "ganan todos": ellos consiguen que gastes más de lo que tenías pensado en un principio, y tú consigues un coche mejor por un precio más ajustado.

Aunque habíamos ya hablado de decir que no a la oferta, en el momento nos ofreció los seguros opcionales y acceder a la clase Premium, hice rápidamente un repaso mental y bueno... ¡era 5 clases superior al que nos correspondía! (Economy < Compact < Mid-size < Standard < Full-size < Premium). Así que... efectivamente, aceptamos. Y según firmé el contrato, pensé en las teorías del "presupuesto ajustado", "bueno, es caro pero luego allí gastamos lo justo" y "ya está todo pagado de antemano, allí no gastaremos casi nada". En las dos primeras horas en el continente ya habíamos profanado el presupuesto... pero oye, íbamos a hacer casi 5000 kms así que más valía evitar un Ford Ka.

Salimos hacia la cochera. Seguíamos sonriendo (y ya llevábamos desde el aterrizaje). Parecía un enamoramiento de los de adolescentes. Vaya tontería llevábamos encima... ¡como en una nube de un sitio a otro!

No nos habían dado llaves. Nos dijeron que eligiésemos uno y "nos lo llevásemos puesto". Llegamos a la zona Premium y bueno, por asegurarnos y evitar sorpresas, le pregunté a un trabajador que si con ese contrato me correspondía uno de los 3 coches que había en esa sección. El tío comprobó los papeles y me dijo "te puedes llevar el que quieras de esta zona". Y me señaló 4 filas completas de coches en plan "algún día todo esto será tuyo". Claro, eran todos los de las clases entre Economy y Premium.

Nos centramos en los 3 Premium, que eran los que mejor pinta tenían. Yo buscaba un Camaro, un Mustang... en fin, lo típico :) pero ¡sorpresa! En Dollar no son tontos. Está bien saberlo. Me estaba costando decidirme... me movía entre uno y otro coche buscando pros y contras... Me giré para preguntarle a Jessi qué pensaba, y la veo abriendo el maletero de uno y subiendo su maleta. Era el elegido. La verdad es que era el más amplio y el que mejor pintaba: un Ford Taurus. Un cochaco muy a la americana.

Cabía más equipaje en este coche que en la bodega de un vuelo de Ryanair

Subimos las maletas al maletero infinito, me familiaricé con el interior (mi parte favorita de los alquileres), le di un repaso al cambio automático y nos fuimos hacia el hotel.

Me despido con unas fotos de nuestro querido amigo durante el viaje:

Unos 100.000 mosquitos perdieron su vida en el frontal del coche. Y nos fastidiaban las fotos que hacíamos a través del parabrisas. Aquí lo estamos lavando antes de llegar al Bryce Canyon.
Jessi con el Taurus, perdidos en una carretera secundaria en algún lugar de Utah
Una de las paradas para fotografiar el desierto: tan monótono pero tan fascinante
¡Ciao! Jessi se despide antes de coger el coche durante unos cuantos kilómetros... ¡¡de ruta 66 por Arizona!!

Direcciones para el GPS:
Oficina Dollar LAX: 5630 Arbor Vitae Street, Los Angeles, CA

lunes, 13 de agosto de 2012

Acompañando al día

12 de mayo de 2012. Por fín llegaba nuestro gran día. Teníamos unos nervios... El avión salía de Frankfurt a las 5 de la mañana, así que, entre unas cosas y otras, no dormimos nada.

Hicimos escala en Heathrow, pero casi no me enteré de este primer vuelo porque fui dormida todo el tiempo. Estábamos un poco preocupados porque entre que teníamos más o menos una hora para hacer la escala, que no sabíamos si tendríamos que cambiar de terminal y el tiempo que hay que perder con los controles de seguridad y de pasaporte, pensábamos que no nos daría tiempo. Pero el vuelo salía desde la misma terminal, así que lo demás fue bastante rápido e incluso tuvimos que esperar en la puerta de embarque (vamos, lo más normal del mundo).


Y ya, por fin, nos embarcábamos hacia Los Angeles. ¡Qué emoción! El avión era enorme para lo que estoy acostumbrada (que es todo más bien dentro de Europa). Nos sentamos al lado de una chica asiática que no dijo ni mú en las 9 horas que duraba el vuelo, ¡por mí mejor! En cada asiento había una bolsita que contenía una manta, unos auriculares, un cepillo y pasta de dientes. Además, todos teníamos una televisión individual con un sistema de entretenimiento que incluía películas, series, documentales, música y juegos. Yo me centré en las películas y la música para leer y dormir, Edu se centró en su consola (no comments) y vimos una película juntos: El gato con botas.



La primera comida que nos pusieron era un plato caliente. Nos dieron a elegir entre dos opciones: la vegetariana y la carnívora. Es decir, pasta con queso y tomates naturales o pollo al curry. Nosotros elegimos la pasta porque el curry no está entre nuestros gustos gastronómicos y... ¡estaba buenísima! De acompañamiento había una especie de ensalada con lo que parecía cuscús, pero no nos gustó nada el sabor (la dejamos). Me hizo mucha gracia cómo ponían el agua, en un botecito como si fuese yogur. La segunda comida, que sería como el desayuno o la merienda (ya ni sé en qué hora vivía), fue un sándwich de ensalada de pollo, que en fin, no estaba taaan rico como la pasta... y un muffin. ¡Ya no me acordaba de lo que era ilusionarme por la comida del avión!



Entre las comidas, las películas y las siestecitas, el vuelo se me pasó bastante rápido. Y lo más curioso fue que no se hizo de noche en ningún momento. Salimos de Londres sobre las 8 de la mañana y llegamos a Los Angeles a la 1 de la tarde, entonces durante todo el vuelo fuimos cambiando de hora, acompañando al día a llegar hasta California (suena super bonito, ¿a que sí? Decidido: este va a ser el título de la entrada).

Comprenderéis que con los caretos que llevábamos en el vuelo no suba ninguna foto nuestra, ¿verdad? Pues eso. ¡Hasta la próxima!



martes, 24 de julio de 2012

Aventura americana

¡Hemos vuelto!

Después de casi dos meses de llegar de nuestro super viaje, por fin volvemos. Hasta hace una semana ni siquiera habíamos hecho una selección de las miles de fotos que hicimos, así que poco a poco vamos a ir centrándonos y contando nuestra aventura americana. Aquí tenéis un pequeño resumen:

Llegamos a Los Ángeles con mucha ilusión, mucha, mucha, la primera anécdota es que lloré de emoción al ver la ciudad desde el avión (¡no vale reirse! Ya tuve bastante con las risas de Edu). Estuvimos dos días recorriendo Hollywood y alrededores y de ahí nos fuimos de camino a la ciudad del pecado: ¡Las Vegas! Es tal y como la pintan: IMPRESIONANTE, no queríamos perdernos nada y ya no sabíamos a dónde mirar... Allí pasamos también dos días y al tercero nos pusimos rumbo a la naturaleza. Estuvimos cinco días recorriendo algunos parques nacionales y cañones para todos los gustos, pero nos quedamos bastante alucinados con paisajes tan diferentes entre sí y además, totalmente distintos a lo que conocemos. El camino de vuelta a Las Vegas lo hicimos por la Ruta 66, con paradas super míticas. Pasamos un día de despedida en la ciudad de los casinos, y nos pusimos rumbo a San Diego, donde pasamos otro día más. La última parada antes de subir con desgana al avión fue la playa de Santa Monica.


Y para ir abriendo boca...

... esta es una de las canciones que pertenecen a nuestra particular banda sonora del viaje, por si queréis escucharla mientras...



Los Ángeles

Las Vegas y parques nacionales

Parques nacionales, Ruta 66 y Las Vegas

San Diego y Santa Monica

¿Os ha gustado? Yo sufro al ver las fotos, ¡quiero volver! Y más que voy a sufrir (pero encantada, eh?) con todas las cosas que aún tenemos que contar... ¡Hasta la siguiente entrada!





miércoles, 9 de mayo de 2012

Danger! Low voltage!

Siempre he dicho que hoy en día si no organizas bien tu viaje es porque no has invertido el tiempo suficiente a leer foros y wikipedias en internet. No me quiero ni imaginar cómo se hacía antes, sin internet, y con poco más que las guías (con la opinión única del autor) y el boca a boca.

Sin embargo, también es cierto que por mucho que prepares, hay detalles que se escapan y otros que son incontrolables. Cómo fastidia que haga mal tiempo, que el hotel tenga una avería y te cambien de habitación (a una peor), que el avión se retrase, que pilles un catarro en un país con más de 30º de media...

Para nuestro viaje a la Costa Oeste realmente hemos invertido horas y horas. Hemos intentado no olvidarnos nada, porque ya que te gastas un dinero y la mitad de las vacaciones del año, más vale que todo salga lo mejor posible.

Pese a todo, ya tuvimos una pequeña "sorpresa" con los husos horarios. Contábamos en principio con dos husos, uno en California y Nevada y otro en Utah y Arizona. Lo comprobé en varios mapas y el planning ya estaba adecuado. Pues bien, por suerte al reservar una excursión al Antelope Canyon y recibir el mail de confirmación vi un mensaje que no me cuadraba sobre el cambio de hora.


Me puse a investigar, y al final descubrí que Arizona tiene un huso durante el verano y otro durante el invierno, cosa que no se refleja en la mayoría de mapas que se encuentran en internet. Hay que hacer una búsqueda precisa para ver la diferencia (hay aproximadamente un mapa correcto entre los primeros 40 resultados de Google imágenes). Y menos mal que nos mandaron ese mensaje, porque la noche anterior dormimos en Utah y la excursión es en Arizona a las 11 de la mañana. Habríamos perdido la excursión.



Pues después del susto horario, aún hemos tenido otro. Y este va de voltaje. Yo contaba con comprar un adpatador de corriente para Estados Unidos, el típico que "cambia" la forma de las clavijas, como cuando vas a Inglaterra, así que el fin de semana pasado fuimos a un **** (sin publicidad de marcas) :) y compramos uno. En la caja ponía un aviso sobre el voltaje, y entonces recordé que "algo pasaba" con el voltaje en Norteamérica, pero no había leído nada en ningún foro.

Busqué un poco y efectivamente, en EEUU se usan 110V mientras que en Europa se usan 220V. Lo que me sorprende es no haber visto ni una mención en los foros, y si no nos llegamos a dar cuenta, nos habría dado mucha rabia  al llegar allí.


Ayer me dediqué a revisar los cargadores a ver si eran compatibles con ese voltaje. Cámara de fotos, cámara de vídeo, móviles... había unas cuantas cosas que revisar y por suerte todas eran compatibles... ¡salvo la Nintendo 3DS! Tiene narices. Y me fastidiaba porque para un vuelo de 11 horas cualquier consola, libro, mp3... lo que sea es importante. Por suerte hoy he podido encontrar un cargador americano, así que ya tenemos todo listo en cuanto a cargadores y voltajes :)

Así que, y aunque para muchos sea obvio, ¡recordad que en Estados Unidos se usa un voltaje de 110V! (con un poco de suerte esta frase saldrá en Google y servirá para evitar algún susto) :D

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Bueno, ya no creo que escribamos más porque nos vamos el sábado y ya hay muchas cosas que hacer (entre otras, las maletas). Intentaremos escribir algo desde allí, si es que no estamos reventados al llegar al hotel, y si no... ¡¡nos vemos a la vuelta!! Gracias por seguinos ;)

miércoles, 2 de mayo de 2012

¡A los Dodgers!

Dodgers Stadium
Solo nos queda una semana y media para embarcarnos en lo que va a ser el viaje de nuestra vida (de momento) y la verdad es que estamos bastante relajados a pesar de no tener tiempo para nada.

El planning aún no lo tenemos a punto. Quedan muchos detalles que cerrar, pero poco a poco vamos incluyendo nuevas etapas y atracciones. Como por ejemplo, ¡el béisbol!



Se nos ocurrió la idea de ir a ver un partido (¿se llama partido?) en Los Angeles y estamos muy emocionados. Creo que dura como 3 horas y supongo que se pasarán rápido. El equipo se llama Los Angeles Dodgers y juegan contra los Arizona DiamondBacks.



Pasaremos el tiempo entendiendo cómo se juega, viendo a las animadoras y esperando que nos toque la Kiss Cam, jeje. Va a ser una experiencia nueva para nosotros y estamos seguros de que nos va a gustar todo lo que le rodea (al menos yo creo que en lo que menos me voy a fijar es en el partido).


¡Tenemos muchas ganas! Ya os contaremos qué tal ;)

miércoles, 18 de abril de 2012

Ni joven ni viejo


Como dijo Jessi aquí, llevamos unas semanas muy liados. Ni siquiera hemos acabado de ordenar las fotos y vídeos del viaje a Roma, y ya queda menos de un mes para ir a Estados Unidos, así que realmente tampoco tenemos mucho más tiempo (por ahora) para ello.

De todas formas, y para que no se dude de que seguimos con el blog, aquí va un pequeño post-reflexión.

Preparando el viaje a Roma y, en concreto, comprobando los precios de las entradas a los monumentos y museos, reflexioné.

Me di cuenta de que, en la flor de la vida, con 27 años, ya prácticamente no opto a ninguna entrada reducida. He entrado en el desierto páramo de las entradas sin descuento. Un páramo que dura... ¡¡25 años!!

Me explico:

- Hasta los 18-21 todo son descuentos. Hay carnet joven, carnet de estudiante, los cines regalan entradas... los estudiantes no tienen un duro y hay que fidelizarlos, así que... ¡que rulen los descuentos!

- Entre los 21 y los 27 siguen los descuentos... aunque se van agotando paulatinamente. Cada año que pasa pierdes privilegios. Una vez en los 27 ya quedan pocas compañías que te califiquen como "joven". Ni la mayoría de los bancos, que llamarían joven a la Duquesa de Alba si hiciese falta con tal de hacerse con su dinero, quieren mantener tu "cuenta joven".

- Hasta los 30 se agotan los últimos cartuchos. Hay almas caritativas (con más necesidad de clientes) que aún te ofrecen algún tipo de ventaja. El año pasado yo cambié mi dinero de banco porque para uno ya no era "joven" pero para otro aún sí (hasta los 30, precisamente).

En los 30 empieza el páramo del que hablaba antes. Se paga todo al 100%. Ya nadie te considera especial y da igual que te sientas un chaval de 20. ¡Toca pagar!

Esto solo termina 25 años después cuando...

- A partir de los 55 hay al menos una empresa que ya desea hacerte descuentos: El Corte Inglés. Empieza a ser conocido su programa de viajes para mayores de 55; bueno, al menos en mi familia, ya que mi madre lo ha establecido como su nueva meta y me recuerda la cuenta atrás hasta sus 55 años cada vez que hablamos por Skype. Estoy seguro de que ella aprovechará esos viajes mejor que nadie :)

- A partir de los 65, no es novedad, se vuelven a ofrecer descuentos. Ya sean de tercera edad o los mal llamados jubilados, porque si no has dado palo al agua en tu vida también los obtienes. La gente mayor, salvo honrosas excepciones, o no tiene un duro o los duros que tiene no los gastaría ni aunque fuese la única manera de salvar el mundo; por ello, es normal que las empresas se vuelquen con ellos (y con sus carteras).

En esos 25 años intermedios parece que no hay mucha esperanza, salvo la familia numerosa, que como descuento es una ruina, al menos en España (experiencia propia).

Como diría la sabia Britney Spears en "I'm not a girl, not yet a woman", "Ya no soy joven, aún no soy viejo". Más o menos :)

lunes, 9 de abril de 2012

Mi fontana favorita

Una de las cosas que más me gustó de Roma fue la Fontana di Trevi. Antes de ir era de lo que más me llamaba la atención y mis expectativas eran muy altas. Pero, al contrario de lo que suele pasar en estos casos, no me decepcionó.

Decidimos ir por la noche (más que nada porque no pudimos hacerle hueco durante el día), pero me pareció mucho mejor. Primero, porque iluminada tiene que ser mucho más bonita que a la luz del día. No me equivocaba. Y, segundo, porque había leído que por el día estaba masificada de turistas (¡qué inoportunos, la verdad!), así que pensé que, al caer la noche, estaría más despejada. ¡No podía estar más equivocada! Mirad:



Y no me extraña, la verdad. Es que, insisto, ¡es preciosa! Además que, aunque ya había anochecido, no era muy muy tarde (serían como las 8 de la tarde). Supongo que lo ideal es ir de madrugada, cuando los turistas descansan.



Bueno, esta maravilla está situada en la fachada del Palacio Poli y está adornada por estatuas y bajorrelieves sobre unas rocas muy grandes por donde cae el agua. En el centro se encuentra la escultura de Neptuno y junto a ella hay dos tritones que guían el carro del que tiran dos caballos de mar, uno de ellos es más dócil y el otro más difícil de controlar, y simbolizan dos estados de ánimo del mar opuestos (¡me encanta este simbolismo!). Y a los dos lados de Neptuno, se alzan las estatuas de la Salud y la Abundancia.

Además, la tradición dice que si se desea volver a Roma, hay que tirar una moneda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo y de espaldas a la fuente. Por lo visto, hay que echar dos monedas para enamorar algún romano. Y, por último, si se echan tres monedas, se producirá un matrimonio o un divorcio (¡Qué bonito echar una moneda para divorciarte! ¡Hasta las tradiciones están en crisis!). Bueno, nosotros echamos en total cuatro monedas y hasta aquí puedo leer...

En fin, que no me importa volver a repetirlo: ¡me quedé enamorada de la Fontana di Trevi!








martes, 3 de abril de 2012

Se me hace la boca agua

Una de las cosas que más me gustó del viaje a Roma fue la cena romántica que Edu me regaló por mi cumpleaños. Tuvimos que ir hasta un hotel a las afueras de la ciudad solo para cenar. Fue una odisea ir hasta allí y luego volver, pero realmente mereció la pena.

Lo poco que vimos del hotel, la recepción y el restaurante, nos pareció muy elegante y cuidado. Lo malo es que, como he dicho, no tiene fácil acceso y si vais a Roma de turismo, lo mejor es quedarse en el centro. Pero, si alguna vez os interesa un hotel a las afueras de diseño y muy cool, id a Black Hotel.

Restaurante del Black Hotel
Y ahora las fotos de la cena. Para mí, ha sido una de las mejores cenas (gastronómicamente hablando) de mi vida, exquisita.


Entrantes




Este era mi entrante:
Carpaccio de oca

Estaba tremendamente bueno, de textura super suave, se me derretía en la boca y ahora se me hace agua al ver la foto y acordarme (¡ains!).

El entrante de Edu:
Surtido de carnes, aunque yo diría más bien "de embutidos".
Evidentemente, no puedo describir el sabor, no quise ni probarlo para no interferir en el sabor de mi fantástico carpaccio. Pero, según dice, estaba muy bueno también (él no disfruta tanto con la comida como yo, así que sus adjetivos se reducen a "no muy bueno", "bueno" y "muy bueno"; así de original me ha salido el nene jeje). Además, me pareció muy curioso que uno de los quesos llevase pistachos dentro.









Primeros platos


Parece simplemente pasta con almejas. Y, efectivamente, lo es; pero tenía un sabor delicioso y no solo porque llevaba una lluvia de crocanti por encima que estaba de muerte, sino también porque la pasta estaba hecha perfectamente (claro, estábamos en Italia, ¿qué esperaba?) y las almejas superaron mis expectativas en cuanto a este plato.









Edu no quería defraudar a su paladar experimentando con cosas nuevas. Así que se pidió pasta carbonara, como un señor. Y lo consiguió, no le defraudó. Veredicto: muy buena.








Segundos platos




Os presento a mis gambones al grill con un toque de limón. ¡Riquísimos! Me encantaron, no dejé ni el olor. Bueno, a decir verdad, dejé la lechuga, jeje.












Por último, tenemos una prueba más de cómo Edu estaba a tope de originalidad esa noche y se pidió un filete con papas. Y para más inri, le he preguntado que de qué era, para explicarlo bien en el blog, y me dice que "es imposible que me acuerde de qué era esa carne". En fin, habrá que quererle igualmente, ¿no?

Después de esta pedazo de cena no quisimos llenarnos con postre, aunque tengo que decir que tenían una pinta estupenda.

Y así concluimos la que fue nuestra última noche en Roma. ¡Inmejorable!


PD: ¡Gracias por este regalo!